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La ketamina ha estado en todas partes en las noticias en los últimos años, ya que deja atrás su imagen sórdida como droga de fiesta para convertirse en un tratamiento cada vez más respetable para la depresión severa. Incluso el CEO de Tesla, Elon Musk, ha recurrido a esta medicación anestésica para mantener a raya la tristeza. En Colombia, y algunos países de Centro y Sur América, la ketamina es el ingrediente principal del mal llamado "tusibí" o "2-cb".
Pero la ketamina aún puede ser adictiva si se abusa recreativamente, según expertos consultados por la BBC, y su uso excesivo ha sido implicado en jóvenes que experimentan problemas de vejiga comúnmente asociados con los ancianos, incluyendo incontinencia y la necesidad frecuente de orinar.
"No puedo caminar 50 metros sin necesitar sentarme o correr al baño", dijo Beth, una joven adicta a la ketamina, a la BBC.
La ketamina destruye el revestimiento de la vejiga, y eso puede tener consecuencias muy graves
Los investigadores llaman a lo que Beth está experimentando síndrome de vejiga de ketamina o cistitis inducida por ketamina. Además de los problemas de control de la vejiga, los adictos a la ketamina a veces tienen sangre en la orina, así como obstrucciones urinarias y dolor de vejiga, todo debido a la exposición excesiva a la ketamina, que puede dañar el revestimiento de la vejiga.
En el Reino Unido, un informe sobre drogas del año pasado mostró que el consumo de ketamina se ha más que duplicado desde hace unos siete años.
Debido al aumento del abuso, la BBC informa que ha habido una proliferación de clínicas especializadas para ayudar a los jóvenes adictos a la ketamina y a sus problemas de vejiga. Por ejemplo, 60 pacientes de ketamina con problemas de vejiga están siendo tratados en el Hospital Southmead en Bristol.
"La ketamina destruye el revestimiento de la vejiga, y eso puede tener consecuencias muy graves", dijo Mohammed Belal, urólogo y miembro de la Asociación Británica de Cirujanos Urológicos, a la BBC. "Creo que hemos visto una enorme explosión de jóvenes consumiendo ketamina en todo el país, y eso significa que vienen a vernos con síntomas urinarios significativos y estos síntomas pueden incluir ir al baño cada hora o incluso cada media hora".
En los casos más graves, los pacientes con vejigas disfuncionales tendrán que someterse a cirugía para reparar o reconstruir el tracto urinario inferior.
Esto debería ser una señal de advertencia para cualquiera que quiera sumergirse en un “K-hole”, un término coloquial para describir el estado de desconexión de la realidad causado por la ketamina. La búsqueda de un escape momentáneo no debería costar la salud a largo plazo.
La ketamina puede tener su lugar en la medicina como tratamiento para la depresión severa, pero su abuso recreativo puede tener consecuencias devastadoras para la salud de los jóvenes. Es crucial que se eduque sobre los riesgos y se busque ayuda si se desarrolla una dependencia. La fiesta no vale la pena si pierdes el control de tu propia salud.
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